Jamás hubiésemos pensado que a éstas alturas de su vida, un tipo con casi 60 años de carrera estuviese tan prolífico e inspirado y en un periodo de cuatro años publicase TRES discos nuevos. Tras los muy dignos The Zealot Gene (2022) y Rockflöte (2023) nos llega Curious Ruminant (InsideOut Music), el álbum que cierra ésta trilogía. Ian Anderson se rodea de los mismos músicos que en los dos trabajos anteriores (John O'hara a los teclados, David Goodier al bajo, y Scott Hammond a la batería, la banda que le ha acompañado en los últimos años) más Jack Clark a las seis cuerdas (quien sustituye a Joe Parrish-James, compañero suyo en Albion, su otro proyecto musical), para firmar otro disco dignísimo, me atrevería a decir que superando a los dos anteriores. A éstas alturas sería osado pedirle a Anderson otra obra maestra pero las composiciones que se incluyen en éste nuevo trabajo me parecen que estan a la altura de lo que hoy día se espera de él.En Curious Ruminant Anderson regresa a los sonidos mas folk, dejando a un lado los escarceos más oscuros y progresivos de The Zealot Gene y especialmente Rockflöte aunque no faltan los temas más ásperos y solos de guitarra afilados. Ahí entra Jack Clark quien hace un trabajo encomiable, muy por encima a nivel individual del resto de la banda, quien sirve a Anderson como base sólida para sus composiciones. Son 9 canciones que varían desde los últimos sonidos aportados por la banda en los dos anteriores discos hasta el Folk Rock que nos brindara en Secret Language of Birds (2000) o Rupi's Dance (2003). Antes de empezar la escucha del àlbum nos llama rápidamente la atención el corte número 8 (Drink From The Same Well), una suite épica de 17 minutos que Anderson recupera de las sesiones de grabación de 1995 (Divinities) con Andrew Giddings a los teclados y James Duncan a la batería y tablas. Pero aunque entran ganas de ser lo primero en escuchar debemos empezar por el principio.
Y el principio es Puppet and the Puppet Master, canción que abre el disco. Una de las canciones más logradas de éste trabajo, con una intro de piano para a continuación explotar en una melodía folk rock con solos de organo y guitarra y una prominente flauta que ya no abandonará el resto del álbum. La voz de Anderson ya no debe ser un problema para nosotros, está desgastada pero funciona sonando cálida y expresiva.
Le sigue Curious Ruminant, primer adelanto del disco, un tema poderoso que parece rescatado de Rockflöte con un gran trabajo de Jack Clark. La flauta de Anderson, magnífica en todos los temas, acompaña la canción de principio a fín en una composición que se adentra por momentos en los sonidos del Rock Progresivo.
Dunsinsane Hill nos retrotrae de nuevo a pasados trabajos (Rupi's Dance, SLOB) con su melodía folk y la voz expresiva de Anderson.
The Tipu House, segundo adelanto, continua con los sonidos folk rock gracias al acordeón y la flauta. Otro de los temas más logrados. Una pegadiza melodía te acompaña hasta su fín. La banda se muestra compacta en todo momento, muestra de los años que ya llevan juntos girando con Anderson.
Avanzamos hasta la mitad del disco y el quinto tema, Savannah of Paddington Green continua la linea folk del trabajo, ésta vez con una melodía más calmada y una bella letra brillantemente escrita por Anderson.
Stygian Hand no desentonaría en Secret Language of Birds, ¡una gran canción !. Y una acertada participación de Jack Clark. "Impacto ! la mano estigia, contra mi frente, temperamento impío, con cara de confrontación. Ofrezco cruz de consuelo, exorcismo desafiante. No hay disparo que anuncie la salida, para unirme a la carrera de este diablo canoso", canta Anderson. Suenan mandolinas, acordeones, flautas...¡que maravilla !.
Le sigue Curious Ruminant, primer adelanto del disco, un tema poderoso que parece rescatado de Rockflöte con un gran trabajo de Jack Clark. La flauta de Anderson, magnífica en todos los temas, acompaña la canción de principio a fín en una composición que se adentra por momentos en los sonidos del Rock Progresivo.
Dunsinsane Hill nos retrotrae de nuevo a pasados trabajos (Rupi's Dance, SLOB) con su melodía folk y la voz expresiva de Anderson.
The Tipu House, segundo adelanto, continua con los sonidos folk rock gracias al acordeón y la flauta. Otro de los temas más logrados. Una pegadiza melodía te acompaña hasta su fín. La banda se muestra compacta en todo momento, muestra de los años que ya llevan juntos girando con Anderson.
Avanzamos hasta la mitad del disco y el quinto tema, Savannah of Paddington Green continua la linea folk del trabajo, ésta vez con una melodía más calmada y una bella letra brillantemente escrita por Anderson.
Stygian Hand no desentonaría en Secret Language of Birds, ¡una gran canción !. Y una acertada participación de Jack Clark. "Impacto ! la mano estigia, contra mi frente, temperamento impío, con cara de confrontación. Ofrezco cruz de consuelo, exorcismo desafiante. No hay disparo que anuncie la salida, para unirme a la carrera de este diablo canoso", canta Anderson. Suenan mandolinas, acordeones, flautas...¡que maravilla !.
En Over Jerusalem, Anderson aborda el actual conflicto Israel-Palestina con maestría ("Dioses furiosos de retribución, impulsando el odio sin solución. Ciudad, hogar de todos los que vinieron y siempre estarán") en otra melodía folk con recuerdos a pasajes sonoros de Thick As A Brick 2 en su parte central con ese duelo guitarra-organo-flauta y magistralmente cantada por Anderson. Otro tema a destacar de éste trabajo.
Y llegas al corte 8, y suena una maravillosa melodía de flauta que te recuerda a Divinities, estás inmerso en una suite de 17 minutos titulada Drink From The Same Well. Anderson rescata éste trabajo de las sesiones de grabación de hace 20 años para dividirla en varias partes donde utiliza todo tipo de flautas y donde es muy reconocible el piano de Andrew Giddings. El genio escoces va jugando con su flauta ofreciendonos unas bellísimas melodías en una composición mayormente instrumental. A los 8 minutos, la canción da un giro y Anderson aporta unos magistrales versos (I drink from the same well as you/You drink from the same well as me) que se apoyan en unos acordes de guitarra acústica y flauta y ciertos toques de piano para luego volver a la melodía principal con la flauta de bamboo y la travesera. 17 minutos épicos y lo mejor del disco sin ninguna duda.
A modo de epílogo, Anderson recita la muerte (Cuando el sueño intermedio me lleve, te quiero cerca. Sin lágrimas, sin papá, adiós. Estoy tranquilo y quieto como una hoja de otoño caída) en Interim Sleep, el corte de dos minutos y medio que cierra el disco, apoyado en una nota sostenida de flauta y algunos acordes esporádicos de guitarra acústica. Es el adios. Has llegado al final y tratas de asimilarlo todo.
Querido oyente, recuerda que ningun disco de Jethro Tull o Ian Anderson ha entrado a la primera escucha. Date tiempo, ten paciencia, vuelve a escucharlo una y otra vez. Entonces descubrirás que estás ante otro gran álbum de éste genio en la que muy posiblemente sea su último trabajo discográfico.
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Y llegas al corte 8, y suena una maravillosa melodía de flauta que te recuerda a Divinities, estás inmerso en una suite de 17 minutos titulada Drink From The Same Well. Anderson rescata éste trabajo de las sesiones de grabación de hace 20 años para dividirla en varias partes donde utiliza todo tipo de flautas y donde es muy reconocible el piano de Andrew Giddings. El genio escoces va jugando con su flauta ofreciendonos unas bellísimas melodías en una composición mayormente instrumental. A los 8 minutos, la canción da un giro y Anderson aporta unos magistrales versos (I drink from the same well as you/You drink from the same well as me) que se apoyan en unos acordes de guitarra acústica y flauta y ciertos toques de piano para luego volver a la melodía principal con la flauta de bamboo y la travesera. 17 minutos épicos y lo mejor del disco sin ninguna duda.
A modo de epílogo, Anderson recita la muerte (Cuando el sueño intermedio me lleve, te quiero cerca. Sin lágrimas, sin papá, adiós. Estoy tranquilo y quieto como una hoja de otoño caída) en Interim Sleep, el corte de dos minutos y medio que cierra el disco, apoyado en una nota sostenida de flauta y algunos acordes esporádicos de guitarra acústica. Es el adios. Has llegado al final y tratas de asimilarlo todo.
Querido oyente, recuerda que ningun disco de Jethro Tull o Ian Anderson ha entrado a la primera escucha. Date tiempo, ten paciencia, vuelve a escucharlo una y otra vez. Entonces descubrirás que estás ante otro gran álbum de éste genio en la que muy posiblemente sea su último trabajo discográfico.
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